Con motivo del Día mundial del Autismo y uniéndonos a la Campaña de Autismo Europa y Autismo España bajo el lema “Un viaje feliz por la vida” planteando la necesidad de promover y asegurar la calidad de vida de las personas en el espectro del autismo, como una cuestión de responsabilidad social en la que toda la ciudadanía debemos implicarnos para hacer efectivos los derechos de todas las personas.

Para ello, nos basamos en las guías elaboradas por AETAPI:

Que tiene por objetivo definir las condiciones generales que deben reunir los servicios y programas desde los que se apoya a las personas con TEA; planteando un abordaje desde una perspectiva general, teniendo en cuenta el desarrollo integral de la persona con TEA y los diferentes contextos vitales en los que participa.

El documento intenta responder a nuestro papel como profesionales y detallar las herramientas con las que contamos para impulsar la concienciación y el conocimiento de los derechos de las personas con TEA, generando un compromiso por parte de organizaciones, profesionales y familias que permita generalizar un modelo de relación e intervención como base y guía de nuestra relación con las personas con TEA, orientándonos hacia el desarrollo de buenas prácticas.

De ambos documentos, se desprenden los siguientes 10 puntos que consideramos imprescindibles para impulsar, como profesionales, intervenciones que se dirijan, precisamente, a acompañar y apoyar a las personas con TEA por ese “feliz viaje por la vida”.

  • Modelo Calidad de Vida: referente principal

En cualquier ámbito de intervención y desde cualquier perfil profesional, puedo trabajar para el bienestar integral de la persona con autismo en ese ámbito, incorporando las estrategias necesarias de intervención para ello.

  • Procesos de organización y gestión coherentes con conocimiento actualizado sobre los TEA.

El conocimiento de los TEA nos orienta en el diseño de entornos, actividades, metodologías y condiciones de organización que proporcionan las condiciones necesarias para facilitar el bienestar y el proceso de desarrollo de las personas con TEA, requisitos para poder favorecer y asegurar la calidad de vida.

  • Resultados personales como indicador básico de calidad.

Es necesario evidenciar el efecto positivo de todas las intervenciones en las vidas de las personas a quienes apoyamos. Esto debe ser un indicador fundamental para medir la calidad de la intervención. Para ello las organizaciones deben contar con adecuados procesos de gestión y organización, que faciliten un desarrollo coherente con los valores, principios y metas establecidos.

  • Planteamiento integral: todas las áreas del desarrollo.

Es necesario realizar una planificación integral, lo que implica considerar todas las áreas del desarrollo, fomentando las capacidades, y fundamentarse en parámetros orientados a favorecer su calidad de vida.

  • Planteamiento de futuro: necesidades cambiantes a lo largo de la vida.

Debemos potenciar el desarrollo de la persona con TEA en todas sus dimensiones, buscando potenciar su calidad de vida, y ofreciendo un proyecto de futuro adaptado a su estilo de vida propio, sus necesidades, capacidades e intereses personales. Es imprescindible un planteamiento de futuro que responda a las diferentes necesidades que se plantean a lo largo de la vida, y al disfrute efectivo de los derechos.

  • Perfil de desarrollo personal: Evaluación de puntos fuertes y débiles.

Es necesario que para cualquier intervención partamos de una evaluación que identifique los puntos fuertes y débiles del desarrollo de la persona, elaborando un plan de apoyo individualizado que contemple sus competencias, motivaciones e intereses, sus necesidades, y las características de su entorno más próximo, así como los diferentes apoyos que puede precisar para lograr su máximo desarrollo personal en todos los ámbitos de su vida.

  • Valoración de la funcionalidad de los aprendizajes/ comportamientos.

Debemos basarnos en una visión ecológica del entorno y facilitar el dominio de aquellos aspectos funcionales que son necesarios para la participación en la vida de la comunidad y que favorecen el máximo desarrollo personal en cada uno de los ámbitos vitales.

  • Implicación de la persona con TEA

La participación de la persona con TEA, en todas las fases del proceso de intervención, teniendo en cuenta sus preferencias, es fundamental para hacer efectivos los derechos y asegurar la calidad de vida.

  • Participación activa de la familia

Supone que debemos contemplar las necesidades de todos los miembros de la familia para realizar una buena intervención, promoviendo su participación y compromiso en la toma de decisiones.

  • Enfoque basado en derechos

Es necesario que no nos quedemos en fomentar la inclusión sino que es preciso promover un cambio cultural. Si la comprensión/adaptación al entorno es una de las principales dificultades de las personas con TEA y la inclusión y participación son sus derechos, debería ser la base de cualquier intervención. A través de:

        • Ø Generar oportunidades para que las personas ejerzan un control sobre su vida desde las cuestiones más diarias más básicas.
        • Ø Proporcionar información sobre las alternativas a decidir y sus consecuencias.
        • Ø Basar los planes de desarrollo personal en la información que aportan las personas con TEA y sus familias.
        • Ø Apoyar a las personas para que elaboren sus propios planes.
        • Ø Contar con personas de apoyo.
        • Ø Valorar las consecuencias de las decisiones.